El 13 de julio de 1962, Belaunde viaja a Arequipa y denuncia el fraude electoral en los comicios del 10 de junio de ese año. En la cuestionada justa electoral compiten siete candidatos, y ninguno obtiene el tercio de los votos. Para proclamar al ganador, la Constitución de 1933 exigía superar el 33,33% de los votos. Según cifras extraoficiales, Haya de la Torre logró 32,9%, Belaunde 32,1% y Odría 28,4%. Entre Haya de la Torre y Belaunde solo hubo 20 mil votos de diferencia.
En consecuencia, de acuerdo con la Constitución, le correspondía al Congreso elegir al presidente entre los tres candidatos más votados. No obstante, el Jurado Nacional de Elecciones, que presidía el Dr. José Enrique Bustamante y Corso, tardó en concluir el cómputo oficial y la situación política se tornó tensa y alarmante por las denuncias de graves irregularidades durante el proceso. El APRA negó el fraude a pesar de que se encontró cerca de 20 mil libretas electorales falsas en la Casa del Pueblo y en la de un militante aprista. El pueblo se moviliza.