El 2 de julio de 1966, Fernando Belaunde inaugura la Residencial San Felipe, compuesta por 33 edificios, con 33 asambleas vecinales. La obra ocupa un terreno de 27 hectáreas, y la vida de sus vecinos confluye en sus plazas, calles y 25 mil metros cuadrados de jardines.
Haciendo honor a su profesión de arquitecto, la obra de Belaunde fue muy vasta en cuanto a la construcción y el fomento de la vivienda para los sectores menos favorecidos y las clases medias profesionales. En numerosas ciudades del país se levantaron grandes complejos habitacionales para sectores populares, profesionales de la educación y policías. Se urbanizó gran parte de las principales ciudades de la costa y sierra peruanas.